La CHJ intensifica la vigilancia sobre la calidad de las aguas en sus embalses

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), ha intensificado la vigilancia sobre la calidad de las aguas en cuatro de sus embalses, para controlar las posibles afecciones que pudieran producirse sobre la fauna piscícola, como consecuencia de los bajos niveles de agua almacenados debido a la grave sequía que sufre gran parte de la Demarcación Hidrográfica del Júcar. Los muestreos se realizan una vez por semana en los embalses de Bellús, Beniarrés, María Cristina y Ulldecona, los más sensibles en su estado actual, y sirven para realizar un exhaustivo seguimiento de los niveles de oxígeno en el agua. Al mismo tiempo, el Organismo ha solicitado a la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio de la Generalitat Valenciana los permisos pertinentes para efectuar, en caso de que la situación lo hiciera necesario, un despesque selectivo en estos embalses, con el objetivo de evitar una mortandad de peces e impedir así una contaminación por putrefacción de la materia orgánica que pudiera comprometer la garantía de calidad del agua.

Pese a que las precipitaciones de los últimos días han dado un respiro en buena parte de la Demarcación, la situación continúa siendo "preocupante" en varias unidades territoriales por lo que, tal y como establece el Plan Especial de Sequía, se han intensificado los trabajos de control y seguimiento en los embalses. “Fundamentalmente medimos los niveles de oxígeno en el agua, aunque también otros parámetros como la temperatura, la clorofila y el pH. Son características que nos permiten conocer y evaluar la actividad biológica del embalse y saber cómo afecta la disminución del volumen de agua almacenado sobre la fauna presente, especialmente sobre los peces”, explican desde el Área de Calidad de las Aguas. Estos muestreos también sirven para controlar otro tipo de parámetros químicos, como pueden ser los nitratos y el amonio, que están directamente relacionados con la actividad biológica en el embalse.

 “Es un trabajo de prevención y anticipación. Contamos con varios embalses que han perdido mucha agua durante los últimos meses, pero que continúan con los mismos organismos vivos y sustancias que antes. Por tanto, el objetivo es evitar que se produzca una

 

explosión biológica en estas masas de agua, que vendría acompañada de una mortandad piscícola y de una muy probable contaminación por putrefacción que comprometería su uso”, subrayan. La solución para evitar esta situación, en caso necesario, sería una

extracción controlada y selectiva de fauna piscícola en los embalses más afectados por la sequía, preservando las especies autóctonas y sacrificando a los ejemplares de especies alóctonas retirados.

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