Una sequía récord azota la región mediterránea
Desde Bruselas se denuncia los con impactos significativos que está ausencia de precipitaciones está teniendo en la agricultura, los ecosistemas, la disponibilidad de agua potable y la producción de energía.
Según el último informe Sequía en el Mediterráneo – enero de 2024 del
Centro Común de Investigación (CCI) de la Comisión Europea, la combinación de
temperaturas récord, escasez de precipitaciones y periodos cálidos ha llevado a
condiciones críticas de sequía en el sur de Europa y el norte de África.
El informe destaca que regiones como el sur de
Italia, el sur de España, Malta, Marruecos, Argelia y Túnez están especialmente
afectadas. En algunos casos, como en Cataluña, España, y en regiones de
Marruecos, se han implementado restricciones severas en el uso del agua debido
a la disminución de la disponibilidad de este recurso vital.
Como consecuencia, ya se han implementado
restricciones en el uso del agua en Marruecos, España y Sicilia (Italia) en
respuesta a la disminución de la disponibilidad de agua.
El 1 de febrero se declaró emergencia por sequía con
estrictas restricciones de agua en la región española de Cataluña, ya que las
reservas de agua cayeron por debajo del 16%. Se descubrió que los embalses de
agua en la región del Algarve, en el sur de Portugal, estaban en su nivel más
bajo y se ordenaron restricciones en el uso del agua.
Los embalses en la región italiana de Sicilia están
por debajo del nivel de alerta y puede ser necesario racionar el agua para
garantizar servicios mínimos. En Cerdeña, se estimaba que los embalses de agua
tenían menos del 50% de su capacidad en diciembre de 2023.
En Marruecos, seis años consecutivos de sequía han
provocado un nivel críticamente bajo de agua en los embalses, con un llenado
promedio de las presas de alrededor del 23%. Se ha prohibido el uso de agua
para la limpieza de carreteras, el riego de parques y algunas zonas agrícolas.
Las temperaturas récord y el déficit de lluvias han
tenido un impacto devastador en los cultivos de invierno y los árboles
frutales, comprometiendo la producción agrícola y aumentando el riesgo de
incendios forestales debido a la menor humedad del suelo. Este escenario se
agrava con la previsión de una primavera más cálida en 2024, lo que podría
reducir aún más la disponibilidad de agua al disminuir el aporte del deshielo
alpino.
Ante la creciente frecuencia y severidad de las olas
de calor y las sequías, pronosticadas por el Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, se hace imperativo
desarrollar estrategias de adaptación. Estas incluyen inversiones en sistemas
de alerta temprana, mejora de la eficiencia hídrica y cambio hacia cultivos más
resistentes a la sequía.
El desarrollo del primer Atlas Europeo del Riesgo de
Sequía, en colaboración con el Observatorio Europeo de la Sequía para la
Resiliencia y la Adaptación (EDORA), representa un paso adelante en la
evaluación y gestión del riesgo de sequía mediante tecnologías innovadoras.
Este esfuerzo conjunto subraya la necesidad de un enfoque pragmático que
priorice la adaptación basada en la evaluación del riesgo y el impacto.
La situación crítica demanda una respuesta inmediata
y coordinada de los gobiernos, la comunidad científica y la sociedad civil. La
mitigación del cambio climático, junto con estrategias de adaptación eficaces,
es crucial para enfrentar los desafíos presentes y futuros que plantea la
sequía en la región mediterránea.
La sequía sin precedentes en el Mediterráneo pone de
manifiesto la urgente necesidad de acciones concertadas para mitigar su
impacto. La colaboración internacional, la innovación en tecnologías de gestión
del agua y la adaptación de prácticas agrícolas sostenibles son fundamentales
para garantizar la resiliencia de la región frente a los desafíos del cambio
climático.
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