Los médicos de familia piden que la cajetilla de tabaco suba a 12 euros
Puede ser una cuestión
de educación, de prohibición o limitación, de hábitos personales y sociales;
hasta de moda. Pero lo cierto es que el precio puede resultar definitivo cuando
hablamos de no iniciarse en el hábito de fumar o, definitivamente y por el
contrario, dejarlo.
Así lo han puesto
de manifiesto los médicos de familia, representados por la Sociedad Española de
Medicina de Familia y Comunitaria (semFyC), quienes han pedido al Gobierno que
no sea tibio a la hora de tomar decisiones con respecto a la subida del precio
de los cigarrillos. Concretamente, piden seguir los pasos de Francia y elevar a
los 12 euros el precio medio de las cajetillas.
Ahora, según los
últimos precios publicados por el BOE el pasado mes de enero, el precio medio
es de 4,60 euros. Tal y como recuerdan los médicos, es uno de los precios más
bajos de todo el continente. Muy lejos de Irlanda (12,81 euros) o de Francia,
donde el coste era de 10 euros la cajetilla y, tras tomar la decisión de
elevarlo aún más el pasado mes de diciembre, será próximamente de 12 euros.
En Finlandia
cuesta algo más de 8 euros y en Alemania, Dinamarca, Suecia o Países Bajos la
cajetilla se encuentra entre los 6 y 7 euros. Rumanía, Bulgaria, Croacia y
Grecia son los países donde resulta más barato fumar. 2,80 euros cuesta la
cajetilla en Bulgaria, según los datos que recoge la Comisión Europea.
Objetivo: un 15% menos de fumadores
El Ministerio de
Sanidad está trabajando en un nuevo plan antitabaco para 2024 y uno de los
puntos en discusión es el precio del mismo. Se estudian limitaciones al consumo
en determinados espacios como las terrazas de bares o adaptar la normativa del
vapeo para proteger a los jóvenes; pero el coste de fumar es, según la semFyC,
una de las claves más eficaces para alcanzar los objetivos de reducción del
tabaquismo que recomienda la OMS para el próximo año.
Estos establecen
una reducción del 30% en el consumo de tabaco para el año 2025, tomando los
datos de 2010 como punto de partida. «En comparación con el 2010, se ha
producido en España un claro descenso en consumo de tabaco, pero encareciendo
el precio se conseguiría una reducción del hábito de fumar de entre un 10 y un
15% más».
Es el precio de
la cajetilla de tabaco más barata de Europa y se vende en Bulgaria, según los
datos de la Comisión Europea. En esta línea se encuentran países como Rumanía,
Croacia, Bulgaria y Grecia, este último más cercano en su precio medio a
España, con 4,2 euros.
¿Tanto influye el
precio en una enfermedad como el tabaquismo? Los expertos sí lo señalan como el
principal factor disuasorio. Un estudio de la semFYC impulsado en la Semana sin
Humo en 2023, en el que participaron más de 9.000 personas, señalaba que más de
la mitad de los encuestados (57,1%) reconocía la efectividad de aumentar el
precio del tabaco como una estrategia para bajar el consumo, especialmente
entre los jóvenes y grupos socioeconómicamente vulnerables.
Pero el precio no
depepende tanto de Sanidad como del Ministerio de Hacienda, quien tendría que
elevar, casi duplicar, los impuestos sobre estos productos. En la mayoría de
los países europeos la tributación del tabaco se sitúa entre el 80 y el 90%,
mientras que en España es del 51%. De ahí que desde la citada sociedad de
médicos de familia se pida implicación más allá de Sanidad.
Hacienda tiene la última palabra
«La implicación y
el compromiso de todos los ministerios pueden favorecer el alcance de esta
medida y está en manos del Ministerio de Sanidad y del Ministerio de Hacienda
poner nuestro país al nivel europeo en cuanto al compromiso con la lucha contra
el tabaquismo», señalan.
Sobre el precio y
los impuestos, la citada Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que un
incremento de los impuestos que suponga solo un 10% de aumento en el precio del
tabaco reduce su consumo en un 4% en los países de ingresos altos y cerca de un
5% en los países de ingresos medianos y bajos.
«Aun así, los
impuestos elevados al tabaco rara vez se aplican. Solo 41 países, que
representan el 12% de la población mundial, han introducido impuestos a los
productos de tabaco, que equivalen a por lo menos el 75% del precio de venta al
por menor2, valoran desde la OMS.
Exposición al humo, la otra batalla
Además del precio
destacan otras medidas que limiten la exposición del humo a colectivos
vulnerables como jóvenes y niños. Entre otros, citan la igualación de los
productos derivados del tabaco, como los vapeadores o el tabaco calentado, con
el tabaco tradicional en términos de tributación y regulación de espacios; la
ampliación de las áreas exteriores libres de humo, considerando las posibles
restricciones al consumo en terrazas de establecimientos; la implementación del
empaquetado estándar; y la prohibición de fumar en vehículos privados.
A nivel mundial,
según datos de la OMS, el número de fumadores a nivel global ha caído de los
1.300 millones hasta los 1.250 millones
La encuesta
citada anteriormente reveló una dinámica de aumento de exposición al humo
ambiental entre los jóvenes. «Llamó la atención -inciden desde la semFyC, que
son los jóvenes de entre 19 a 34 años los que manifiestan mayor exposición
(93,2%). Mayoritariamente en terrazas de restauración (85,2%) y otras
actividades lúdicas al aire libre (62%). Además, el 22,4% de los adolescentes
(entre 14 y 18 años) encuestados se exponen al humo ambiental de tabaco (HAT)
en los accesos a los centros educativos y el 11,2% en los coches.
La Sociedad
Española de Neumonía y Cirugía Torácica (Separ) realizó una encuesta sobre este
'humo ambiental' y concluyó que la exposición a él causó en España el 1,5% de
las muertes ocurridas por cáncer de pulmón y cardiopatía isquémica en población
de 35 y más años en 2020.
Muertes por exposición
Este es el
procentaje de muertes por cáncer de pulmón y cardiopatía isquémica en personas
de más de 35 años expuestos al humo del tabaco, no fumadores, durante 2020 en
España, según la Separ.
A la exposición
al HAT se atribuyeron 747 defunciones: 279 por cáncer de pulmón y 468 por
cardiopatía isquémica. Incluyendo la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC) y la enfermedad cerebrovascular (ECV), la carga total de mortalidad
atribuida (MA) al tabaquismo pasivo se estima en 2.242 defunciones en el citado
año de la encuesta. «Todas ellas son muertes innecesariamente prematuras y
sanitariamente evitables», destacan desde la Separ.
«Podemos
destacar, por tanto, que los jóvenes, y especialmente los adolescentes,
constituyen un grupo vulnerable, por el daño que supone para su salud la
exposición al humo ambiental y por la normalización que perciben del consumo de
productos relacionados con el tabaco, lo que sin duda facilita que se inicien en
el uso de estos productos. Por este motivo, consideramos necesario intensificar
las medidas destinadas a prevenir la exposición y el consumo de productos
relacionados con el tabaco en este grupo de edad», concluyen desde el Grupo de
Abordaje al Tabaquismo de la semFYC.
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