Cova de les Dones (Millares): ¿cómo sabemos que sus pinturas rupestres tienen 24.000 años?
En la Cova de les Dones hay más de cien motivos realizados mediante
pintura, grabado simple y raspado. En cueva Dones hay más de cien motivos
realizados mediante pintura, grabado simple y raspado.A. Ruiz-Redondo, V.
Barciela y X. Martorell
Recientemente, investigadores de las Universidades
de Zaragoza y Alicante publicaron el descubrimiento y análisis preliminar de
las características y relevancia de este conjunto valenciano en el contexto del
arte paleolítico europeo.
La cueva Dones es un lugar muy conocido en la zona
de Millares (Valencia), habitualmente frecuentado por espeleólogos y
excursionistas, y del que se tienen noticias de visitantes desde el siglo
XVIII. Sin embargo, la existencia de pinturas paleolíticas en la cavidad pasó
desapercibida hasta su descubrimiento en 2021 por parte de Aitor Ruiz-Redondo, Virginia
Barciela González y Ximo Martorell Briz, arqueólogos y especialistas en arte
prehistórico. Entre los tres han descubierto más de una treintena de nuevos
conjuntos de arte rupestre en las dos últimas décadas en distintas regiones
europeas.
En cueva Dones se han documentado, hasta el momento,
más de un centenar de unidades gráficas (motivos rupestres), realizadas
mediante pintura, grabado simple y raspado. Esto convierte al yacimiento, por
número de motivos y variedad de técnicas, en el conjunto paleolítico más
relevante del litoral Mediterráneo oriental de la península ibérica. De hecho,
se trata probablemente de la cueva con arte paleolítico con mayor número de
motivos descubierta en Europa desde Atxurra (Vizcaya), en 2015.
El repertorio rupestre de cueva Dones incluye, al
menos, 19 representaciones animales confirmadas (ciervas, caballos, uros y un
ciervo) y destaca, además de por su número de motivos y localización geográfica,
por una peculiaridad técnica: la mayoría de las pinturas se han realizado con
arcilla. A pesar de la sencillez de realización, la antigüedad de estas
‘pinturas de arcilla’ está avalada, además de por su ‘estilo’ (que incluye
claras convenciones paleolíticas), por la presencia de gruesas costras
estalagmíticas que cubren varias de ellas. Combinando el análisis de distintas
evidencias indirectas, los autores estiman que, al menos, algunas de las
pinturas y grabados del conjunto podrían tener una antigüedad mínima de unos
24.000 años.
¿Qué es el
arte parietal paleolítico?
Conocemos como arte parietal paleolítico a aquellas
manifestaciones gráficas realizadas sobre un soporte fijo. Se realizaron en las
paredes, suelos y techos de cuevas, abrigos e incluso rocas exentas en un
periodo que denominamos Paleolítico Superior y que abarca desde hace unos
45.000 años hasta hace unos 12.000. Es decir, este fenómeno cultural se
transmitió durante miles de generaciones de nuestros antepasados.
El primer yacimiento con arte parietal paleolítico
descubierto a nivel mundial fue Altamira, cuyas pinturas se documentaron por
vez primera en 1879. En la actualidad, se conocen más de 400 de estos conjuntos
en todo el mundo; sus motivos incluyen figuras animales, humanas y signos
geométricos que las gentes de paleolítico trazaron mediante la pintura, el
dibujo, el grabado y la escultura, creando un corpus de enorme riqueza y
diversidad.
¿Qué nos
cuenta de los seres humanos del Paleolítico?
La emergencia del arte paleolítico está considerada
como un hito de la evolución humana. No en vano, se considera una de las
primeras expresiones inequívocas del pensamiento cognitivo y simbólico de la
historia humana. Además, se trata del primer sistema de comunicación de larga
duración que conocemos, ya que consta de un emisor (quien lo crea), un receptor
(quien lo observa) y un mensaje ‘codificado’, aunque en la actualidad no seamos
capaces de descifrarlo. Las cuevas y abrigos con arte paleolítico, por su
parte, son excepcionales laboratorios donde aprender acerca de los humanos que
crearon estas representaciones. Más allá del valor estético de sus obras, en el
interior de estos lugares se preservan muchas evidencias de la vida y
actividades de estas gentes.
Así, las propias pinturas nos pueden revelar cuál
fue su composición, cómo se procesaron sus componentes y de dónde proceden
éstos, a través de análisis físicos y geoquímicos. Su ubicación es la original,
por lo que el estudio de su posición y correlación nos muestra como decidieron
estructurar el espacio. Las huellas dejadas y los útiles abandonados a su paso
nos describen sus rutas y tecnología. Análisis morfométricos y estadísticos nos
revelan contactos de grupos humanos a larga distancia. Cada vestigio dejado
constituye una prueba que los arqueólogos, como ‘detectives’ del pasado,
tenemos la misión de captar e interpretar.
¿Qué hace
especial a la cueva Dones?
Con menos de 500 de estos conjuntos descubiertos en
todo el globo, cada uno de ellos constituye un tesoro único de incalculable valor.
Entonces, ¿por qué el descubrimiento de cueva Dones ha tenido mayor impacto que
el de algunas de sus congéneres? En primer lugar, cabe destacar que, en contra
de algunas informaciones que han aparecido, no se trata del conjunto más
importante descubierto desde Altamira. Pero sí es un conjunto mayor (más de
cien motivos) en el este de la Península; el primero de su clase en este
territorio. Más del 70% de los conjuntos conocidos en el mundo se ubican en la
zona ‘franco-cantábrica’ y el este peninsular es un área con muy escasas
muestras de este fenómeno. Además, se empleó arcilla fresca para realizar sus
pinturas. Si bien esta técnica es conocida en el arte paleolítico, los ejemplos
de su utilización son escasos en el cómputo global, mientras que en cueva Dones
se trata de la técnica mayoritaria.
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