La presencia humana en lz naturaleza perjudica consumo de carroña, según estudio
Investigadores de la Universidad de Alicante (UA) y
la Universidad Miguel Hernández (UMH) han concluido que el ocio al aire libre
de los humanos en áreas naturales perjudica la recirculación de nutrientes en
los ecosistemas, esto es, que la carroña de animales muertos tarda más en
desaparecer por la ausencia de animales de gran tamaño, como jabalíes.
El estudio, realizado en el Parque Natural de El
Hondo (Alicante) y publicado en la revista Animal Conservation, ha evaluado el
impacto de los visitantes y las actividades de ocio que realizan sobre el
consumo de carroña de animales muertos, puesto que, tras el covid, las áreas
naturales "se han redescubierto como lugares de esparcimiento y
ocio".
Para evaluar el impacto que esto tiene sobre el
consumo de carroña, los investigadores de ambos centros han realizado un
seguimiento en este parque natural, que cuenta con un humedal con una de las
mejores poblaciones de diversas especies de anátidas globalmente amenazadas,
como la malvasía cabeciblanca o la cerceta pardilla.
Durante los últimos meses, se ha estudiado cómo los
animales consumían 185 carroñas de diferentes especies de vertebrados, desde
peces a mamíferos y aves, mediante cámaras de fototrampeo automáticas que se
activan con el movimiento.
Han comparado cómo cambiaban la comunidad de
carroñeros y los patrones de consumo de carroña entre la 'zona restringida',
donde no pueden acceder los visitantes, y la 'zona de acceso público', donde
los visitantes pueden acceder libremente y que se utiliza para pasear en bicicleta,
correr o hacer senderismo.
Los resultados han mostrado que el uso turístico
altera la composición de la comunidad de carroñeros y que afecta aún más a
especies de mayor tamaño, como las rapaces.
Además, han observado que especies exóticas introducidas,
como las ratas o los gatos, comieron casi cuatro veces más en las carroñas de
las zonas de acceso público que en las zonas restringidas, lo que demuestra que
las actividades humanas favorecen la presencia de especies potencialmente
invasoras.
También, han encontrado diferencias en los patrones
de consumo: mientras que casi el 70 % de las carroñas en la zona restringida
las consumieron vertebrados, en las zonas de acceso público fue un 20 % menor.
Asimismo, en la zona restringida las carroñas se
consumieron antes y la biomasa consumida por los vertebrados fue mayor que en
la zona de acceso público.
Los investigadores han determinado que esto es
debido a que las especies más eficientes a la hora de consumir carroña, las de
mayor tamaño como las rapaces, zorros o jabalíes, están casi ausentes en la
zona de acceso público, probablemente porque tienen menor capacidad para
soportar la presencia humana.
Esto ralentiza la eliminación de la materia en
descomposición, lo que aumenta el riesgo de transmisión de patógenos y modifica
la recirculación de los nutrientes en el ecosistema.
Este estudio, publicado recientemente en la revista
Animal Conservation, demuestra que los visitantes y las actividades que
realizan en las áreas naturales alteran profundamente no sólo la comunidad de
carroñeros, sino también los procesos ecológicos esenciales como la eliminación
de carroña.
Según los investigadores, Esther Sebastián, del
departamento de Ecología de la Universidad de Alicante, y Adrián Orihuela
Torres y Juan Manuel Pérez García, del Área de Ecología de la UMH, esto pone de
manifiesto la urgencia de regular el turismo en las áreas naturales, una
actividad que está incrementando de manera exponencial, así como también de
mantener áreas restringidas para preservar la biodiversidad y los procesos
ecológicos.
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