El frío de la primavera confina a muchas abejas y recorta la cosecha de miel
Tras un febrero caluroso, las lluvias, el frío y las
heladas de marzo y abril han provocado en muchas zonas un retraso de la campaña
apícola esta primavera, lo que se traducirá en un recorte de la producción de
miel en un momento en el que los costes del sector trashumante se han disparado
por el precio del gasóleo.
Solo el frente ártico registrado entre el 1 y el 3
de abril pasados ha sido el peor fenómeno meteorológico sufrido por el campo
español en los 42 años de la historia del seguro agrario, con una estimación de
indemnizaciones a los agricultores por valor de 150 millones de euros, de acuerdo
a los datos de Agroseguro.
Si no acaba el mal tiempo y se generaliza la subida
de las temperaturas, el apicultor no va a poder enjambrar a las abejas y éstas
lo harán por su cuenta de forma natural, según han coincidido en apuntar el
presidente de la Asociación Española de Apicultura (AEA), Mario Navarro, y el
responsable apícola de COAG, Pedro Loscertales.
"Cuando llega primavera lo que hacemos es
enjambrar a las abejas, es decir, obligarlas a la reproducción para recuperar
las pérdidas de otoño y garantizar su población para la época de flor",
pero con las lluvias y el frío, ha sido imposible en algunas regiones, porque
su actividad se retrae, explica Navarro.
Loscertales, que ejerce la apicultura en Aragón,
cita como ejemplo que esta primavera la cosecha de miel de romero ha sido
inexistente, ha bajado la de tomillo y la de azahar se ha reducido muchísimo en
las áreas mediterráneas, a lo que hay que sumar lo que pase en Cataluña con la
pérdida por heladas de la flor en frutales de hueso y almendros.
"El invierno ha llegado de nuevo para las
abejas en primavera y las ha confinado", explica Urbano González,
apicultor leonés quien describe cómo las colmenas se han cubierto de nieve en
Castilla y León estas semanas y recuerda que las abejas no salen al exterior si
no hay al menos 11 o 12 grados.
"Aquí, al norte de Astorga, estuvimos la semana
pasada a cinco grados y vamos muy atrasados"; a estas alturas del año
deberíamos tener 50.000 abejas para producir miel y solo tenemos unas
20.000", ya que los zánganos que se produjeron durante el cálido febrero
ya no están, lo que impide que haya nuevos enjambres hasta junio",
detalla.
Según añade, "el agua viene fenomenal, pero si
continúan las borrascas y no hay tiempo de impás, puede salir además una serie
de enfermedades en las abejas relacionadas con la humedad, como la 'loque
americana' y la 'loque europea', y se puede perder floración".
El responsable apícola de COAG remarca que las
heladas tardías se están produciendo en un momento en el que el precio del
gasóleo se ha duplicado, por lo que "no habrá tanta trashumancia",
además de estar provocando un "sobrecoste" al agricultor en
suplementos alimenticios para las abejas, que ya tuvieron que dar durante el
invierno seco
Expresa su preocupación por la situación de la
actividad apícola en zonas de frutales de hueso como Lleida, donde algunas
explotaciones quizá "no aguanten la temporada" y tengan que poner el
cartel de "venta".
"Soy apicultor porque me apasiona la magia de
la abeja, pero llevo ya tres campañas complicadas, en la última lo comido por
lo servido", lamenta, tras reclamar de las administraciones públicas
"más ayudas" para un sector cuya labor "es imprescindible para
la agricultura y la biodiversidad".
El presidente de AEA, que tiene sus colmenas en el
parque nacional de Sierra Nevada, considera "vergonzoso" lo que
ocurre esta campaña en la Comunidad Valenciana con la 'pinyolà' o polinización
cruzada, que impide a los apicultores poner las colmenas para evitar la
producción de pepitas en diversos cítricos.
A su juicio, "es ponerle trabas a la
naturaleza, decirle a un insecto que aquí puede hacer su trabajo pero no allí,
y no solo los naranjos dependen de que la abeja esté en la época de floración,
sino también un ecosistema enorme que ha de ser viable", y muestra su
apoyo a las asociaciones apícolas valencianas.
En España, con datos de 2020 procesados por el
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), las 3,04 millones de
colmenas censadas produjeron en torno a 30.000 toneladas de miel / ANGELICA
QUINTANA, Agrodiario
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