Las “tierras raras”, el tesoro oculto y desaprovechado de España
Europa tiene pocas reservas del material clave para los productos tecnológicos; España sí, pero no los extrae por reticencias medioambientales y falta de interés
Tu smartphone existe gracias a minerales como el disprosio, europio, gadolinio, itrio, lantano, praseodimio o terbio, desconocidos para la mayoría pero tierras raras sin las que tu móvil no sería smart ni teléfono.
El problema, sin embargo, es que estos y el resto de
15 lantánidos, más el itrio y el escandio, indispensables dadas sus virtudes
magnéticas, luminiscentes y conductoras en productos tecnológicos clave como el
coche eléctrico, parques solares, aviones de combate y misiles de crucero,
drones y un muy largo etcétera, son caros y complejos de extraer y procesar. Y
que en Europa apenas los hay. Y que cuando los hay, como pasa en España, ni
siquiera llegan a explotarse.
El Ilustre Colegio Oficial de Geólogos de España
ubica depósitos de tierras raras en varias regiones españolas tal y como han
confirmado un par de proyectos empresariales fallidos en Ciudad Real y Galicia.
Pero, más allá, “no se ha hecho ninguna prospección nacional. Se sabe que están
en diferentes sitios y el Instituto Geológico y Minero ya lo investiga en
Andalucía. Pero no se ha ido más allá”, nos explica su presidente, Manuel
Regueiro. Y sin embargo, a estos indicios se suma el documentalista Guillaume
Pitron, autor de La guerra de los metales raros (Península) y que, en palabras
a EFE, explicaba cómo los montes submarinos al suroeste de Canarias poseen
“unos dos millones de toneladas de metales raros” con los que podría abastecer
toda la demanda mundial “durante 10 años” / LEER NOTICIA COMPLETA
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