La erosión del suelo es uno de los problemas más graves a los que se enfrenta la humanidad
infoJUCAR | Este 7 de julio se celebra el Día
Internacional de la Conservación del Suelo
© PEDRO GAVIDIA – METEORÓLOGO DE AYORA
Hoy domingo, como todos los 7 de julio desde el año 1963, se celebra el Día
Internacional de la Conservación del Suelo, en memoria del investigador Hugh
Hammond Bennet (15 abril 1881 – 7 julio 1960), pionero en la lucha contra su
erosión.
En su día, Bennet, que
publicó la mayoría de sus trabajos alrededor del año 1900 en EEUU, defendió
activamente el aumento de la producción de la tierra mediante una mayor
protección y una mejor gestión para poder combatir la sequía y la
desertificación. Una de las más celebres expresiones del considerado como el
padre de la conservación del suelo fue: “El suelo productivo es el fundamento
de la agricultura perdurable sin la cual no puede haber prosperidad ni
progreso”.
La concienciación social es primordial para conservar
y proteger el suelo
Con la celebración de
esta jornada, se pretende conseguir una mayor concienciación de la población
mundial, a la hora de darle a la conservación del suelo la gran importancia que
tiene para todos los seres vivos. Por tanto, es esencial y de vital importancia
que todos los habitantes del planeta aprendamos a cuidar y respetar el entorno
en el que vivimos.
Teniendo muy claro que
numerosas acciones como la tala incontrolada de árboles, las quemas
descontroladas y agresivas o el uso continuado y excesivo de abonos y fertilizantes
artificiales, pueden provocar un alto grado de erosión y con ello un
empobrecimiento de un componente tan básico para la vida como es el suelo.
El suelo es un sistema muy complejo y frágil
El suelo es un sistema
muy complejo y dinámico que, además de servir como soporte mecánico para el
crecimiento de las plantas, es también el medio en el que éstas toman el agua y
todos los nutrientes que necesitan para su desarrollo. Así mismo, los
productores, mediante las prácticas de manejo del suelo que llevan a cabo
(laboreo, riego, fertilización, etc.) intentan mejorar la productividad y
eficiencia de los cultivos que realizan. Se dice que un suelo es de buena
calidad cuando se encuentra en condiciones adecuadas para cumplir su función
para la producción.
El uso irracional del
suelo junto con la explotación insostenible de los recursos hídricos, provocan
una progresiva alteración de sus propiedades, que puede provocar una pérdida
parcial o total de su capacidad para cumplir con su función, denominándose
dicho fenómeno de disminución o pérdida de calidad del suelo como
“degradación”.
La erosión del suelo, es uno de los problemas más
graves a los que se enfrenta la humanidad
El fenómeno de la
erosión es sin duda el más grave de todos los procesos de degradación, definiéndose
como la pérdida de las capas más fértiles del suelo, es decir, de gran parte de
sus condiciones para ser productivo. Además de los citados factores antrópicos,
relacionados con el negligente y abusivo uso del suelo por parte del ser
humano, en ocasiones la erosión puede ser producida por la acción de agentes
meteorológicos como el agua o el viento. Debido a tales fenómenos, algunas de
las capas más superficiales son arrancadas y arrastradas de su emplazamiento
original, dando como resultado final de este proceso la aparición de tierras
muy poco productivas e incluso improductivas, siendo dicha condición
prácticamente irreversible en una gran parte de los casos.
En definitiva, el
problema de la erosión es ya una realidad claramente contrastada, por lo que la
sociedad tendría que tomar nota de ello y aplicar soluciones de forma
inmediata. Las alternativas que tenemos son muy claras. Nos dan a elegir entre
seguir sobreexplotando los suelos y que vayan perdiendo su capacidad de
producir o, por el contrario, abordar de forma seria su conservación con el fin
de asegurar la subsistencia de las generaciones del futuro. Por tanto, es de
vital importancia la cooperación mutua de todos los actores implicados, es
decir, los agricultores y ganaderos, los gobiernos, los institutos de
investigación y otras personas directamente afectadas.Se deben priorizar los
medios técnicos y económicos necesarios para revertir el avance de dicho
problema.
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