Turismo religioso: una propuesta valenciana para las familias
infoJUCAR | La archidiócesis de Valencia apuesta por
aunar historia, patrimonio y religiosidad para conocer la provincia desde un
punto de vista diferente
La archidiócesis de
Valencia cuenta con numerosas muestras de patrimonio artístico-religioso que
puede convertirse en una alternativa para disfrutar del tiempo de ocio en
familia. Ofrecemos algunas rutas de turismo religioso que pueden realizarse en
territorio diocesano, tanto en la ciudad de Valencia, como en las diferentes
vicarías.
La ciudad de Valencia y las raíces de nuestra historia
cristiana (Vicarías I y II)
Una primera ruta por el
centro de la ciudad, que puede realizarse sin necesidad de utilizar medio de
transporte, comienza en la Iglesia de San Juan del Hospital , la más antigua de
Valencia, de origen medieval.
Un conjunto histórico
erigido en 1238 por indicación del rey Jaime I tras la reconquista de la
ciudad. El templo puede visitarse de forma libre y gratuita de 9.30 a 13.30
horas, siempre que se respete los horarios de culto. También ofrece la
posibilidad de contratar visitas guiadas.
El itinerario continúa
por la calle Trinquete de Caballeros, hasta la calle Palau para acceder a la
Catedral de Valencia, iglesia madre e la ciudad, testigo del paso de los
siglos. Sus obras de arte pictórico, escultórico y arquitectónico, así como su
archivo, son signo de la vitalidad cultural y religiosa del pueblo cristiano
valenciano desde el siglo IV hasta nuestros días.
Entre las numerosas
joyas que alberga en su interior, la Seo custodia desde el siglo XV el Santo
Cáliz de la Última Cena en la capilla gótica que lleva su nombre. También, el
brazo incorrupto del mártir San Vicente (siglo IV) patrón de la diócesis y cuya
cárcel se encuentra en las inmediaciones. Además, los primeros frescos
renacentistas en España, los “ángeles músicos” de Paolo da San Leocadio y
Francesco Pagano, obra de finales del siglo XV.
Visita imprescindible es
la de su renovado Museo Catedralicio. Allí se exponen las imágenes auténticas
de la Puerta de los Apóstoles, pinturas sobre tabla de los siglos XV y XVI de
autores como Marçal de Sas, Jacomart, San Leocadio, Vicente Macip y Juan de
Juanes, entre otros, así como lienzos de Vergara y López y la Custodia
monumental de la fiesta del Corpus Christi. No menos atractiva es la visita a
su campanario, `El Micalet´, desde cuya cumbre se aprecian unas vistas de
Valencia incomparables.
Concluida la visita a la
Catedral, el recorrido continúa por la Basílica de la Virgen de los
Desamparados. Se trata del principal edificio religioso construido en Valencia
durante el siglo XVII y, al mismo tiempo, la primera obra barroca de nueva
planta. Construida entre 1652 y 1667 por Diego Martínez Ponce de Urrana,
presenta tres aspectos significativos: es la única iglesia del casco histórico
que no se levanta sobre antiguas parroquias o conventos, sino que es obra
nueva; la cúpula, con frescos de Palomino, no se sitúa en el centro sino que se
halla desplazada aproximándose a la Catedral y cuenta con un camarín, elemento
altamente significativo del barroco y uno de los primeros que se conocen en
España. Al camarín se accede por una escalera, dedicándose su espacio a la
adoración de la imagen de la Virgen.
La Real Basílica de la
Virgen de los Desamparados alberga además en su propio edificio el MuMa , museo
dedicado a la patrona de Valencia. La exposición cuenta con una selección
variada de obras de grandes maestros y objetos que abarcan diferentes
disciplinas: pintura, escultura, grabado, cerámica, textil, esmalte,
orfebrería, dibujo, mobiliario, ofrendas devocionales, documentos fundacionales
y conmemorativos.
La propuesta de ruta
urbana concluye en la iglesia de San Nicolás , la denominada ‘Capilla Sixtina’
valenciana. Es una de las primeras doce parroquias cristianas de la ciudad de
Valencia tras la reconquista de Jaume I en 1238. Entre los elementos más
llamativos de esta iglesia destaca la bóveda diseñada por Antonio Palomino
entre los siglos XVII y XVIII. La compleja iconografía se basa en la vida de
los dos santos de la parroquia, San Nicolás Obispo y San PedroMártir. Se
representan escenas de su niñez, predicación, milagros y muerte; casi 2000
metros cuadrados de pintura totalmente restaurados.
Tradición religiosa en la Valencia metropolitana
(Vicaría III)
Otra ruta que puede
realizarse para conocer las tradiciones religiosas más arraigadas de la
diócesis es la que recorre algunas de las poblaciones limítrofes de la capital.
Así, en la localidad de Godella se alza la parroquia de San Bartolomé, de
estilo renacentista, construida en 1754 junto a la primitiva iglesia del siglo
XIV. Se trata de un templo erigido “al estilo de la Reconquista” de arcos de
diafragma y que conserva una crujía original de artesonado mudéjar.
En su interior contiene
una obra del escultor Ignacio Pinazo, el Cristo de la Paz, recientemente
restaurado. Mientras que en el exterior destaca la escultura del titular de la
iglesia, obra de Ignasi Vergara. El monumento esta declarado como Bien de
Interés Cultural y está catalogado en el Patrimonio Cultural de la Generalitat
Valenciana.
En la localidad de
Aldaia se venera como patrón al Santísimo Cristo de los Necesitados, cuya devoción
y fervor se remonta al siglo XVI cuando fue encontrada la talla que actualmente
está en la parroquia de la Anunciación de Nuestra Señora. Las fiestas en su
honor, a finales del mes de julio, son las más esperadas y su procesión de las
más multitudinaria de la localidad, con el tradicional Cant de la Carxofa,
cántico valenciano del s. XV que se realizaba en la comarca de la l’Horta y que
con el paso del tiempo se ha ido perdiendo.
Otra devoción importante
es la que se profesa en la localidad de Paterna, al Cristo de la Fe. La
parroquia de San Pedro Apóstol alberga una talla realizada en el año 1939 por
el escultor José María Ponsoda, tras haber sido destruida la imagen original
durante la Guerra Civil. Precisamente, a los pies de la actual imagen, en la
Capilla de la Comunión, se encuentran parte de las cenizas de la artística y
antigua imagen del Cristo destruida tras el incendio.
Otra devoción
importante, atribuida a la tradición oral, es la que se profesa a Nuestra
Señora del Don, en Alfafar, cuyo tempo está dedicado a esta advocación. Según
la tradición, soldados del rey Jaume I, acampados en el actual territorio de
Alfafar, vieron siete resplandecientes estrellas que bajaban sobre aquel sitio,
mientras escubaron el sonido de una campana. Al cavar en aquel lugar
encontraron la imagen de una virgen morena con el niño en brazos; estaba dentro
de una pila, y tapada con una campana, teniendo dentro un cáliz de oro con
piedras preciosas alrededor, así como una crismera de plata maciza. Al ver tan
preciado tesoro el Rey no pudo más que exclamar: ¡Oh gran Don! De ahí el nombre
que se le dedicó a la virgen encontrada, y desde tiempos inmemorables se conoce
como Nuestra Señora del Don, patrona de Alfafar.
Finalmente, en la
localidad de Silla se conmemora cada año un milagro eucarístico. Según la
documentación que se conserva del templo, “el 25 de marzo de 1.907, cuando las
formas consagradas iban a utilizarse para la comunión, fue encontrado el
sagrario abierto y sin el copón en que se guardaban, ya que había sido
sustraído por un desconocido que se introdujo aprovechando que en el altar
mayor de la parroquia se celebraba una misa conventual, con motivo de la
festividad de la Anunciación del Señor”.
Dos días después, las
formas consagradas desaparecidas fueron halladas por un labrador bajo una
piedra en un huerto y devueltas en solemne procesión a la parroquia, mientras
volteaban las campanas de la localidad. Años después, los feligreses regalaron
a la parroquia una custodia, conocida popularmente por "taronxeret",
para la exposición de las sagradas formas en ocasiones especiales.
En 1934, al comprobar
que las sagradas formas permanecían incorruptas, "en el mismo estado en
que fueron encontradas bajo la piedra y manteniendo inalteradas sus condiciones
de pan", el Arzobispado de Valencia inició un expediente para declarar
milagrosa su conservación, sellando y lacrando el relicario. Sin embargo, este
documento, desapareció en el incendio del Palacio Arzobispal en 1936.
Finalmente, en 1982 el entonces arzobispo de Valencia, monseñor Miguel Roca,
inició un nuevo expediente en el que decretó el culto que debían recibir las
formas consagradas, de acuerdo con el artículo 898 del Código de Derecho
Canónico.
Silencio y recogimiento (Vicaría IV)
La ruta porpuesta por la
vicaría IV comienza en el término municipal de Alboraya, donde se encuentra la
ermita dels Peixets, edificada en 1907 sobre otra más antigua con el fin de
conmemorar el milagro que, según la tradición, ocurrió en este mismo lugar en
1348. De estilo neogótico, en su interior conserva un retablo de azulejos
adosado a la pared con la representación del milagro. Está ubicada junto a una
amplia zona verde y a escasos metros de la playa.
En la localidad de El
Puig se erige el Real Monasterio de Santa María que debe su origen al hallazgo,
en la cumbre de la colina, de una imagen de la Virgen por parte de san Pedro
Nolasco, fundador de la Orden de la Merced, en 1237, debajo de una campana;
mientras las huestes de Jaime I se preparaban para la conquista de la cercana
capital. Dicha imagen se conserva en la capilla Mayor del Santuario, donde se
venera. El interior del Real Monasterio, regido por la orden de los
mercedarios, se puede contemplar sólo mediante visita guiada todos los días de
la semana a excepción de los lunes que permanece cerrado.
En la localidad vecina
de Gilet se encuentra el monasterio de Santo Espíritu del Monte, regido por la
orden franciscana. Cuenta con una hospedería abierta al público y una
biblioteca que contiene alrededor de unas 80.000 obras, conjunto de referencia
del mundo franciscano dentro de la zona levantina. Desde su hospedaje se pueden
realizar rutas de senderismo que ofrece la zona.
En esta zona también se
encuentra, aunque no es visitable, la Cartuja de Portacoeli, un monasterio
cartujo de grandes dimensiones enclavado en un bello entorno rural y habitado
por monjes de la orden de San Bruno. Aunque el complejo es, en su mayoría, de
estilo neoclásico se conservan varias joyas de su estructura primaria,
eminentemente medieval. Desde el exterior, es posible observar el acueducto
construido en el siglo XV para suministrar agua a la cartuja.
Veneración a la Virgen (vicaría V)
En la localidad de
Benaguacil se puede visitar el Santuario de Nuestra Señora de Montiel. Situado
en el cerro que lleva el mismo nombre, debe su origen al descubrimiento en 1620
de una imagen de la Virgen. La primera piedra de la ermita se colocó en 1644. El
santuario es un importante punto de peregrinación, donde se venera la imagen de
Nuestra Señora de Montiel, patrona de Benaguacil. El conjunto arquitectónico,
que incluye una casa de espiritualidad con hospedería, fue restaurado a
principios de siglo,manteniendo en la actualidad un excelente estado. Junto al
santuario se encuentra el convento de religiosas Terciarias Capuchinas.
Por otra parte el Real
Monasterio de Sant Miquel se encuentra en el cerro que se alza en el extremo
sur de la localidad de Llíria. En la cima del conocido como Tossal de Sant
Miquel, sobre las ruinas de la antigua Edeta, importante yacimiento
arqueológico que todavía hoy se puede visitar, se levanta el famoso santuario,
dedicado al arcángel San Miguel. Se puede visitar de lunes a domingo, aunque
hay que tener en cuenta que cierran al mediodía.
Otro santuario digno de
reseñar es el de la Virgen del Remedio. Situado en la falda de la Sierra
Negrete a 12 kilómetros de Utiel, en un paisaje único entre densos pinares,
donde se venera la Virgen del Remedio, patrona y alcaldesa honoraria de la
ciudad. Su construcción data de 1564, aunque las obras continuaron después
ininterrumpidamente hasta nuestros días. La iglesia es de estilo barroco, con
azulejería de Manises del siglo XVII. Tras el altar el bello camarín de la
Virgen, con pinturas al fresco de Felipe Navarro. El claustro, de robustos
muros de piedra, la sala de exvotos, la cripta donde yace el cuerpo de Juan de
Argés, primer ermitaño, la subida a la aparición y la simple contemplación del
edificio, sus aledaños y el paisaje, son suficientes elementos para la visita
obligada.
Por último, en Chelva,
situado en el Pico del Remedio se levanta el ermitorio y hospedería del
Remedio, patrona de la localidad. Sobre la fachada principal se levanta un
pequeño campanario de planta cuadrangular con cuatro vanos.
El encanto de Sierra Mariola (vicaría VI)
A los pies de la Sierra
de Agres se alza el Santuario de la Virgen de Agres o de la Virgen del Castillo
junto a los restos del castillo árabe. De esta manera se rinde homenaje a la
Virgen, gran protagonista del milagro que la tradición popular sitúa en el
siglo XV.
La ruta propuesta
continúa hasta la localidad de Alcoi que nos ofrece un recorrido por sus
iglesias. Desde la capilla de San Miguel o del Antiguo Asilo pasando por las
iglesias de San Mauro y San Francisco, la de Sant Jordi, Santa María o la del
Santo Sepulcro, cuya primera piedra colocó, en 1595, el Patriarca Juan de
Ribera, hasta llegar al santuario de María Auxiliadora.
Visita obligada en
Bocairent es el monasterio rupestre que recoge en sus entrañas un antiguo
convento subterráneo que fue excavado en la roca. Digna es de destacar la
iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, construida sobre el
antiguo castillo árabe, y consagrada en 1516 y su museo parroquial que alberga
una de las mejores colecciones de arte sacro de la Comunitat Valenciana, con
obras de Joan de Joanes, Joaquín Sorolla, Ribalta, Segrelles o Mariano
Benlliure, entre otros.
En Albaida podemos visitar
el museo permanente de belenes y dioramas en el viejo edificio de la Casa de
los Vallcanera.
Igual de recomendable es
hacer una ruta de un día por la de las ermitas de Ayora, Jarafuel y Cofrentes
en la que se muestra al visitante el rico patrimonio religioso del Valle
Júcar-Cabriel.
La ruta de la beata Inés
en Benigánim recorre el casco urbano de la población haciendo parada en los
lugares que marcaron la vida de la beata: la capilla ubicada en la que fuera la
casa natalicia de Inés, la iglesia del Cristo de la Sangre, el naranjo que plantó
del revés pero brotó del derecho así como el monasterio de la Purísima
Concepción, San José y Beata Inés de las Agustinas Descalzas. En la Casa
Recuerdos Beata Inés se encuentra una colección de objetos personales
relacionados con la beniganense.
Ya en Ontinyent se puede
visitar la iglesia arciprestal de Santa María , edificada entre los siglos XIV
y XVI. Destaca la capilla de la Purísima en la que se venera la imagen de la
patrona de la población, labrada en plata maciza así como la tabla de la Anunciación
del siglo XV, los óleos de José Segrelles del siglo XX en el presbítero y en el
lateral del crucero, la pila bautismal florentina de la segunda mitad del XVII,
la colección pictórica de Vidal i Tur con obras de Ribalta y anónimos del XVII,
y las tallas del Santo Sepulcro (1943) y la Soledad (1943-1944) de Mariano
Benlliure.
El campanario de Santa
María es uno de los referentes simbólicos y identificadores de la ciudad.
Merece la pena hacer la visita guiada los domingos por la mañana para ver desde
la cima la panorámica de la Vall d’Albaida y de la sierra Mariola.
En Llutxent se encuentra
el Monasterio del Corpus Christi , que los dominicos comenzaron a edificar en
el año 1422, y que albergó la primera universidad valenciana. La construcción
de este monasterio está vinculada al `Milagro de los Corporales´ que, según la
tradición, ocurrió en este lugar en el siglo XIII.
En la falda del castillo
de Xàtiva, adyacente al núcleo urbano es alza la ermita de Sant Josep
construida a finales del s.VIII, por encargo del gremio de carpinteros de la
ciudad. Cerca de la puerta más antigua de la ermita, donde se encuentra una
cruz gremial gótica, estaba la antigua puerta de la Aljama. Según la tradición
local, por aquí entró Jaume I en Xàtiva en 1244. En nuestro recorrido no puede
faltar la ermita de Sant Feliu , una de las iglesias más antiguas del Reino de
Valencia. Fue construida en 1265, tras la conquista cristiana coincidiendo con
la expansión del gótico por tierras valencianas. Se encuentra en la falda del
castillo,muy cerca del mirador de Bellveret, en lo que fue la antigua ciudad
romana de Saetabis. Se levantó sobre los restos de la antigua catedral
visigótica.
En el núcleo urbano
destaca la Colegiata Basílica de Santa María , conocida popularmente como La
Seu. Su construcción se inició a finales del siglo XVI, sobre el solar de la
antigua mezquita, y se demoró más de cuatro siglos. El campanario de 60 metros
de altura es del siglo XIX y está rematado por un templete dedicado a la Virgen
de las Nieves, patrona de la ciudad, al que se accede tras subir 180 escalones.
En la puerta principal de la Seu, que no se terminó hasta el primer tercio del
siglo XX, figuran las estatuas en bronce de los dos papas Calixto III y
Alejandro VI.
Desde la girola se accede
al espacio del museo de la Colegiata, que alberga los principales tesoros de la
Seu, una colección importante de arte sacro con piezas de pintura gótica, como
los retablos atribuidos al valenciano Jacomart, y destacadas muestras de
orfebrería relacionadas con la liturgia y los papas Borja.
Sant Francesc , de
estilo gótico cisterciense, formaba parte del desaparecido convento de los
franciscanos. La proximidad con los palacios de la nobleza que acompañó a Jaume
I en la conquista de la ciudad hizo que se convirtiera en panteón de las
familias más ilustres, como los ya citados Borja, hijos de Xàtiva.
Sant Domènec , antiguo
convento dominico construido entre los siglos XIII y XIV, a instancias del rey
Jaume II, cuando Xàtiva era la segunda ciudad en importancia del Reino de
Valencia. Un convento que en época medieval fue foco de difusión cultural.
De Alzira a la Albufera y la playa (Vicaría VII)
En plena Albufera de
Valencia se encuentra la ‘Muntanyeta dels Sants ’, un promontorio calizo de 27
metros de altura sobre el que se asienta una ermita cuyo origen data del siglo
XIV y que está dedicada a los santos Abdón y Senen, patronos de Sueca desde 1902,
quienes protegen contra las granizadas y pedriscos. Cabe destacar también que
comparten patronazgo, en la localidad, con el Crist de l’Hospitalet y la Mare
de Déu de Sales, conocida también como Virgen de Sales.
En Algemesí, a los pies
de su plaza Mayor se erige la Basílica Menor de Sant Jaume , punto neurálgico
de las fiestas en honor de la Mare de Déu de Algemesí, reconocidas por la
UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Construida en el siglo XVI,
a sus pies se encuentra la Capilla de la Comunión, iglesia primitiva, la cual
se comunica con la actual mediante tres arcos. Destaca su portada renacentista
rematada por el escudo de la villa, y la torre campanario, situada sobre ésta.
El Real Santuario de
Nuestra Señora del Lluch , dedicado a la patrona de Alzira , es uno de los más
populares y visitados de la comarca. El origen de este santuario hay que
buscarlo en la antigua Ermita de El Salvador que se hallaba en el lugar donde
se ubica la actual iglesia y donde fue trasladada la imagen de la Virgen en
1699.
En una reserva natural
protegida se encuentra el Monasterio de La Murta, antiguo cenobio de la orden
de los jerónimos situado en el Valle de La Murta . Nació bajo la protección del
monasterio de San Jerónimo de Cotalba, cuyo prior y un grupo de monjes fueron
enviados allí en 1401.
Finalmante, en Cullera,
en la ‘muntanya de les Raboses’, está situado el santuario de Nuestra Señora de
la Encarnación, que fue construido sobre parte del castillo original. El templo
también es conocido como el Santuario de la Mare de Déu del Castell.
Desde allí, y bajando
por el ‘camino blanco’ o ‘camino del calvario’ se accede hasta la plaza del
mercado desde donde se contempla la iglesia de los Santos Juanes . Se trata de
la primigenia y única parroquia de Cullera desde 1248 hasta 1953 y su
titularidad fue impuesta por los caballeros-freires de la Orden de San Juan de
Jerusalén. Antiguamente el templo era gótico, pero el actual es de estilo
neoclásico, datado en el siglo XVIII. Su altar está presidido por los dos
patronos de la ciudad, San Juan Bautista y San Juan Evangelista.
El legado de la familia Borja (Vicaría VIII)
El recorrido por la
vicaría VIII viene marcado por la impronta que dejó en estas tierras la familia
Borja con los papas Calixto III y Alejandro VI y san Francisco de Borja. El
monasterio de Santa María de la Valldigna, en el que impresionado por la
belleza del valle, Jaume II el Just, concedió las tierras al abad de las Santas
Cruces para una nueva fundación Cisterciense el 15 de marzo de 1298. Fueron
Rodrigo de Borja y su hijo César, abades de este edificio conventual.
El monasterio de San
Jerónimo de Cotalba, fundado en 1388 y ubicado en Alfauir, contó con la
protección de la familia Borja. Su interior puede ser visitado, en parte, ya
que se han abierto al público algunas de las estancias más significativas.
Ya en Gandía, se
encuentra la Colegiata de Santa María, ampliada por María Enríquez de Luna,
viuda del duque Juan de Borja y Cattanei y nuera de Alejandro VI. Encargó al
célebre escultor Damián Forment la Puerta de los Apóstoles y a Paolo de San
Leocadio, pintor protegido de su suegro, el retablo mayor, desaparecido durante
la Guerra Civil.
El Palacio Ducal,
importante muestra del gótico civil valenciano fue la casa natalicia de san
Francisco de Borja. Su habitación se conserva tal y como estaba en su época.
A lo largo de la
historia del convento de Santa Clara, fundado en 1423, muchas mujeres de la
familia Borja se retiraron entre sus muros. En su interior, el museo de Santa
Clara recoge obras de arte únicas y originales de la familia Borja creadas por
artistas tan importantes como José de Ribera, Vicent Macip, Joan de Joanes,
Paolo de San Leocadio así como del fraile de Cocentaina Nicolau Borràs.
El recorrido continúa
por la costa hasta Denia. En el casco antiguo, se encuentra ubicado el Convento
de Nuestra Señora del Loreto construido en el siglo XVII. Anexa se encuentra la
iglesia del mismo nombre. Igualmente, destacan la iglesia de la Asunción, del
barroco valenciano del XVIII y la iglesia de San Antonio, de los siglos XVI y
XVII, y remodelada un siglo después.
En esta zona también se
puede realizar la llamada ruta de las ermitas de la conquista. A medida que se
iban consolidando los terrenos ganados al reino musulmán de Valencia por el rey
Jaime I, se fueron construyendo por orden del monarca ermitas, santuarios y
monasterios que ejercían el papel de control y defensa de las fronteras, además
de sus funciones religiosas.
Desde Denia y por la
carretera de ‘les Planes’ bordeando el Cabo San Antonio se accede hasta la
localidad de Xàbia. El Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles se enclava en
un lugar privilegiado, a unos 160 metros de altitud sobre el mar, desde donde
se divisa el puerto y toda la bahía. Ya en el casco urbano se encuenta la
iglesia de San Bartolomé, obra del gótico valenciano considerada como BIC. Más
reciente, pero también admirada por su particular arquitectura es la llamada
Parroquia del Mar, bajo la advocación de Nuestra Señora del Loreto, en la zona
del puerto.
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