Los termómetros ya superan los 42º en el interior de la provincia
infoJUCAR | La ola de calor mantendrá activas las
alertas en los próximos días
La ola de calor llega
este jueves a la Comunidad Valenciana y pone en aviso amarillo al interior de
la provincia de Valencia, donde se pueden superar los 40º grados de máximas,
como ya ocurre a estas horas en algunas localidades del Camp de Túria mientras
que las mínimas en algunos puntos no bajarán de los 24 grados, según la
predicción de la Aemet.
Así, las temperaturas máximas
se mantendrán significativamente altas en áreas del interior de Valencia
mientras que en el resto de la Comunitat se mantendrán sin grandes cambios.
De este modo, en
Alicante el termómetro oscilará entre los 32 y los 24 grados, en Castellón de
la Plana entre los 34 y los 22 grados y en Valencia entre los 33 y los 22
grados. Esta jornada el cielo estará poco nuboso o despejado y el viento
soplará variable flojo predominando la componente este durante las horas
diurnas.
Recomendaciones sanitarias
Se sabe que la elevación de las
temperaturas máximas y mínimas sobre las habituales de una zona, tiene efectos
directos sobre la salud de su población. Los periodos con temperaturas elevadas
favorecen las enfermedades ligadas al calor (agotamiento por calor, golpe de
calor...) aunque la mayor parte de los problemas de salud que se registran
durante los periodos de calor excesivo son debidas a la agravación de
enfermedades existentes, fundamentalmente cardiocirculatorias y respiratorias.
El grupo de mayor riesgo frente a los
efectos del calor, lo constituyen las personas de edad avanzada, sobre todo
aquellas mayores de 75 años. Los niños pequeños, sobre todo los menores de
cuatro años, las personas obesas y los indigentes constituyen otros grupos de
población de riesgo, en donde también cabe incluir a aquéllos que consumen
alcohol de manera excesiva.
RECOMENDACIONES NUTRICIONALES
Puesto que las personas mayores son
más vulnerables a la deshidratación como resultado de una menor sensación de
sed, menor eficacia de su función renal y los fármacos que incrementan la
pérdida de agua, es preciso sugerir que aumenten su ingesta de líquidos.
Las necesidades diarias de agua en el
anciano se estiman en 20-45 ml/Kg de peso corporal, recomendándose una ingesta
media de 2 litros diarios:
1 ml/Kcal consumida en condiciones
normales
1,5 ml/Kcal consumida cuando las
necesidades están aumentadas: intensa actividad física, sudoración, fiebre,
quemados y otras enfermedades.
Las recomendaciones nutricionales para
combatir y prevenir la deshidratación son las siguientes:
Favorecer la ingesta regular de agua:
de siete a ocho vasos diarios facilitando su disponibilidad, mediante jarras o
dispensadores en lugares de cómodo acceso para los residentes y personal
sanitario.
Se sugiere, como método de registro
más seguro para los residentes de mayor riesgo el empleo de botellas de agua
etiquetadas e individualizadas.
Incrementar la ingesta de alimentos
líquidos, salvo indicación médica específica, tales como: sopas, gazpachos,
zumos, leche, infusiones, gelatinas, ofreciéndolos de manera periódica y
repartida a lo largo del día.
En el caso de los líquidos más
concentrados como zumos o gazpachos se puede emplear agua o hielo para
diluirlos.
Con el fin de reponer las sales
minerales sería conveniente disponer de bebidas isotónicas, tipoIsostar o
Aquarius, destinadas a residentes de alto riesgo, o bien prepararlas con los
siguientes ingredientes:
1.5 litros de agua ligeramente fría.
Zumo de 1 limón.
1.5 cucharadas soperas de azúcar.
½ cucharadita de sal (un pellizco).
½ cucharadita de bicarbonato.
Se puede añadir sacarina para
endulzar.
Administrar los líquidos a temperatura
adecuada, sin que estén excesivamente fríos, de modo periódico y repartido a lo
largo del día, reforzando además las tomas de media mañana, merienda y recena.
Facilitar la ingesta de líquidos en
función del nivel de dependencia del residente:
En caso de disfagia a líquidos se
emplearán espesantes o aguas gelificadas para obtener la consistencia adecuada
y asegurar la correcta hidratación.
Distribuir de manera adecuada los
macronutrientes: 50-55% del volumen energético total (V.E.T.) de hidratos de
carbono, 30-35% V.E.T. de lípidos y un 12-15% V.E.T. aportado por las
proteínas.
Aumentar el consumo de frutas,
especialmente aquellas más acuosas como melón, sandía, piña, peras de agua¿
Incrementar el consumo de verduras en
general, priorizando las verduras crudas en forma de ensalada, sopas frías,
gazpacho, zumos (tomate, zanahoria...)
Evitar comidas demasiado copiosas,
siendo preferible aumentar el número de tomas diarias disminuyendo su volumen,
lo cual hará necesario fraccionar la ingesta en 5 o 6 tomas diarias según el
esquema que sigue: desayuno, media mañana, comida, merienda, cena y recena.
Evitar, o en todo caso reducir, el
consumo de alimentos muy condimentados y elaborados como salsas, fritos,
rebozados, siendo preferible el empleo de técnicas culinarias sencillas como
hervidos, asados, a la plancha, al vapor...
Situaciones como diarrea, estados
febriles o empleo de diuréticos deben vigilarse especialmente puesto que pueden
favorecer cuadros de deshidratación.
Conocer y detectar los signos de una
deshidratación:
Boca pegajosa o reseca.
Turgencia de la piel disminuida.
Coloración de la piel pálida, agrisada
o incluso moteada.
Mucosas secas y ojos hundidos.
Diuresis escasa y muy concentrada.
Presión arterial baja.
Frecuencia cardíaca rápida.
Síntomas como confusión, mareo,
letargo o vértigo son indicativos de una deshidratación severa. Ante estos
síntomas el servicio sanitario deberá actuar con carácter de urgencia.
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