Los asentamientos apícolas estarán dotados de puntos de agua para atender las necesidades fisiológicas de las abejas
infoJUCAR | Entre otras
medidas se sancionarán los tratamientos fitosanitarios en que se constate
mortalidad de abejas por la utilización de productos no autorizados durante la
floración
El Pleno del Consell ha aprobado un acuerdo que
tiene como objeto establecer para el año 2018 las medidas que afectan a los asentamientos
apícolas, con el fin de limitar la polinización cruzada entre plantaciones de
cítricos.
Con carácter general, establece la ubicación de
las colmenas a partir de cuatro kilómetros de las plantaciones de cítricos,
durante su época de floración, que se fija entre el 9 de abril y el 31 de mayo
de 2018, en virtud de los registros actuales de temperaturas y las condiciones
previstas para la primavera.
Entre las principales novedades respecto a
ejercicios anteriores, se advierte la obligatoriedad de toda explotación
apícola de cumplir el Plan Anual Zoosanitario (consultar aquí) para 2018 de la
Comunitat Valenciana y otras actuaciones complementarias.
Asimismo, todos los asentamientos apícolas deberán
estar dotados de puntos de agua para atender las necesidades fisiológicas de
las abejas.
En tercer lugar, se sancionarán los tratamientos
fitosanitarios en que se constate mortalidad de abejas por la utilización de
productos no autorizados durante la floración, así como aquellos en los que no
se respeten las correspondientes limitaciones establecidas en el etiquetado de
los productos utilizados sobre su uso durante la floración, según la Ley
43/2002 de sanidad vegetal.
Estas medidas, consensuadas con las organizaciones
agrarias, tratan de compatibilizar las actividades citrícolas y apícolas, de
forma que ambos sectores puedan mantener su actividad respetando sus
respectivos intereses. En la Comunitat Valenciana hay un total de 2.254 apicultores
y 359.948 colmenas.
Antecedentes
En los años 80 y 90 se plantaron en la Comunitat
Valenciana variedades híbridas de mandarino que provocaron la presencia de
semillas en los frutos de otras variedades del grupo mandarinas que, hasta el
momento, no las producían, con menoscabo de la calidad final de algunas
variedades y repercusión comercial negativa. Por ello, se estableció la
obligación de sacar las colmenas de las zonas citrícolas.
Los apicultores, que tradicionalmente basaban su
actividad en la obtención de miel de cítricos, no han podido asentar sus
colmenas en estas zonas, renunciando a obtener miel de este origen. Pero desde
las primeras decisiones hasta la actualidad se han producido algunos hechos que
permiten avanzar en la normalización de las relaciones entre la citricultura y
la apicultura.
Por una parte, algunas variedades híbridas de
mandarinos han perdido parte de su interés inicial, siendo progresivamente
sustituidas por otras no susceptibles de generar problemas de polinización
cruzada. Además, con el Sistema de Información Geográfica (SIG) Citrícola, se
dispone de información sobre las zonas citrícolas en las que no hay variedades
híbridas.
Ordenación de los sectores implicados
Por otro lado, la Administración es consciente de
la necesidad de avanzar a medio y largo plazo en la correcta ordenación de los
dos sectores implicados.
Con respecto al sector citrícola, se hace
necesario establecer mecanismos que impidan que entre los propios citricultores
se realicen nuevas plantaciones que provoquen daños en calidad en las parcelas
colindantes o que la plantación de ciertas variedades citrícolas que provoquen
polinización cruzada vayan acompañadas de medidas preventivas.
A la vista de los hechos descritos se entiende
posible autorizar, progresivamente a lo largo de varios ejercicios, la
actividad apícola en la superficie citrícola, de manera que se permita la
obtención de un producto de calidad, apreciado por el consumidor, sin salir de
nuestro territorio.
No obstante, este retorno de las colmenas debe
hacerse con las precauciones debidas para garantizar la calidad y la
comercialización de los cítricos.
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